GARANTÍA DE VERIFICACIÓN DE HECHOS
Inclinación política
y tono emocional
El artículo parece ser políticamente imparcial ya que se centra únicamente en informar los hechos de un caso penal.
Generado mediante inteligencia artificial.
El tono emocional es ligeramente negativo debido a la naturaleza sombría del crimen y la investigación en curso.
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El | Por ricardo ahern - El misterio que rodea a los infames asesinatos en serie de Gilgo Beach dio un giro inesperado cuando una caja de pizza desechada se convirtió en una prueba fundamental.
Un hombre llamado Rex Heuermann, un arquitecto que trabajaba en Manhattan, arrojó la caja que contenía una corteza sobrante a un bote de basura. Este simple acto puede haberlo relacionado con una serie de crímenes horribles.
Desconocido para Heuermann, estaba bajo la vigilancia de ley la aplicación. Documentos judiciales reveló que los oficiales recolectaron rápidamente la caja de pizza descartada para un análisis forense.
El análisis condujo a un descubrimiento significativo. Según los fiscales, el ADN mitocondrial de la corteza coincidía con el perfil de un cabello masculino encontrado en una bolsa de arpillera. Esta no era una bolsa cualquiera: estaba asociada con el cuerpo de Megan Waterman, una de las víctimas de los asesinatos de Gilgo Beach.
Después, Rex Heuerman se convirtió en el principal sospechoso y fue acusado de seis cargos de asesinato relacionados con los asesinatos.
Heuermann, un residente de Massapequa, ahora está acusado de ser el perpetrador detrás de los actos atroces del asesino en serie de Gilgo Beach. Las víctimas eran trabajadoras sexuales cuyos cuerpos fueron arrojados a lo largo de las remotas playas de Long Island.
En una comparecencia reciente ante el tribunal, el hombre de 59 años se declaró inocente de tres cargos de asesinato en primer grado y tres cargos de asesinato en segundo grado. Estos cargos se refieren a la muerte de Megan Waterman, Melissa Barthelemy y Amber Costello.
Queda un nombre más: Maureen Brainard-Barnes. Aunque Heuermann es el principal sospechoso de su muerte, aún no se han presentado cargos relacionados con el caso de Brainard-Barnes.
La investigación involucró más que solo cortezas de pizza: se emitieron más de 300 citaciones y órdenes de registro, junto con un riguroso análisis de datos de teléfonos celulares. Estos métodos en conjunto condujeron a los cargos de Heuermann y nos acercaron a la posibilidad de resolver un misterio de una década.
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